PROYECTO ESPECIAL
"SOMOS"

SOMOS

¿Lo que no vemos? ¿La fuerza que ata el nudo? ¿La sombra del listón que nos devuelve a la infancia? ¿El brillo en el papel que nos refleja? ¿La rasgadura?

¿Somos el gesto? ¿El acomodo de piezas sobrepuestas? ¿Sobreponemos las ganas? ¿Nuestras creencias? ¿Acaso un adjetivo colocado por accidente? ¿Un sustantivo reiterado, repetitivo? ¿Celebración indiscreta? ¿Aproximación callada?

Del misterio, el recuerdo doloroso de las abejas, hexágonos perfectos que no vemos, respiración inquietante en la colmena. Transparencia y ocultación. Una mandíbula ciega que no cesa hasta imprimir la letra, la distintiva, la que nos ata. Mordida invisible desde el lenguaje, las coordenadas. Y de la luz, la fronda que sólo se ve en la tierra, la tierra que tapa nuestra boca, la boca que destella desde el silencio, el silencio que cala, que enciende, que prende.

Del juego, la broma de un dios que se divierte, el crayón que se toma con certidumbre, el gozo entramado de los días que hubieran podido continuar. Al ser efímeros diríamos que sí… casi por amor…ya. Sábanas de la transparencia no digan tanto…sólo sí…habíamos acordado. Ahora…eso está mejor. Honda transparencia, vibración sutil, encabalgamiento. Cabalgamos sobre caballos letrados, una o sobre la ese, una eme sobre la o. Volvemos a través de ondas al punto que todo lo concibe y toca el pensamiento.

Partículas    Retículas

Ordenamiento de los días que dispersan la duda. Construcción por la gracia del discernimiento, somos elección. Laberintos de la claridad. Al derecho o al revés, desde el hueco o la planicie, la llanura o el montículo, somos reflejo de algo que se mueve con curiosidad. Espejo mentiroso. Caemos como una sola letra que cruza el horizonte para ver lo que se lee detrás.

De la ruptura, letra rasgada de un alfabeto que no puede contenernos o claridad que pulsa en la rasgadura cuando nos quitamos aquello que ya no sirve. Irrupción infinita de una voz que el pensamiento apenas vislumbra. Colección, historias en las que nos regodeamos: pinchazo, inserción, disgusto placentero. Gozamos porque tanta alegría lastima. Preferimos ser irónicos, tomar distancia.

Y al final oramos, murmuramos rumores de un dios que habla quedo y mueve las letras en todos los idiomas, los distorsiona, los acomoda, los presenta y oculta. Esperamos un milagro que cure, que sane y nos muestre tal cual somos. Llenos de imperfección, concéntricos deambulamos, seres en estado perfecto de mutación, acumulamos palabras, colores, trazos, huecos, hileras. Círculo voraz que nos define con cierta incertidumbre.

Kenia Cano